El jueves 14 de marzo es una jornada relevante en el calendario de SpaceX. La compañía aeroespacial de Elon Musk ultima detalles para el inminente lanzamiento de Starship. Será la tercera prueba del monumental cohete, que tuvo sendas explosiones en los dos primeros ensayos.
La iniciativa es relevante para los planes de la NASA. Una versión modificada de Starship se empleará para llevar astronautas a Luna, por primera vez desde el año 1972. Luego, prevén emplear esta tecnología para llegar a Marte, una de las mayores ambiciones de Musk.
Su tamaño es descomunal: con 120 metros de altura y 5 millones de kilogramos de peso, es el cohete más grande jamás construido.
La nave (la mencionada Starship) se complementa con un propulsor (Super Heavy Rocket).
La nave puede transportar hasta 150 toneladas métricas reutilizables y 250 toneladas métricas sustituibles.
Cada lanzamiento de prueba insume un presupuesto aproximado a los 2.000 millones de dólares.
La iniciativa de SpaceX tuvo varios retrasos, incluyendo un duro revés cuando la FAA (autoridad máxima en Estados Unidos en lo que respecta a la actividad aérea) registró impacto ambiental en la base texana de la compañía, alternado su agenda. Además, en los primeros lanzamientos de prueba ocurrieron explosiones, cuyas imágenes generaron gran impacto a nivel mundial.