La momia conocida como el Niño del Aconcagua volvió a Mendoza después de más de cuatro décadas bajo custodia del CONICET. Los restos del niño inca de 8 años fueron trasladados al Museo Cornelio Moyano, donde permanecerán resguardados en una sala especialmente acondicionada para su conservación.
El hallazgo del niño se remonta a 1985, cuando un grupo de expedicionarios mendocinos lo descubrió en las alturas del Aconcagua. Desde entonces, la momia fue objeto de múltiples investigaciones científicas y permaneció almacenada en un freezer del CONICET para garantizar su preservación.
En el museo provincial se construyó un espacio exclusivo para la momia, con control térmico y microambiental, destinado a evitar cualquier deterioro físico, químico o biológico.
“Se acondicionó un nuevo espacio y un reservorio con control térmico que garantiza la seguridad y las condiciones microambientales necesarias”, explicaron desde el Ministerio de Cultura, Infancias y DGE.



























