Después de años de trabajo, el Ecoparque de Mendoza inauguró su primer espacio de conservación. Se trata del exjirafario que fue acondicionado para que vivan 200 monos papiones con estándares internacionales en salubridad, enriquecimiento ambiental, manejo del agua y seguridad perimetral.
La obra responde a la necesidad urgente de garantizar condiciones dignas para unos 200 individuos de Papio papio y Papio hamadryas que residen en el predio. Se diseñó y ejecutó siguiendo los lineamientos de la Global Federation of Animal Sanctuaries (GFAS) para instalaciones destinadas al cuidado de primates del “viejo mundo”.
“La finalización de este nuevo recinto para los papiones representa un avance fundamental en nuestro compromiso con el bienestar animal. Recuperar el espacio del ex jirafario y adaptarlo a estándares internacionales nos permite ofrecer a estos individuos condiciones de vida dignas y seguras”, dijo Ignacio Haudet, director de Biodiversidad y Ecoparque del Ministerio de Energía y Ambiente.
Los animales cuentan con un patio central amplio y sin cubierta, con el objetivo de promover el ejercicio y comportamiento exploratorio. Además, se colocaron mangrullos de madera de rollizo de eucalipto, complementados con sogas de yute que simulan entornos de trepado similares al hábitat natural.