El comportamiento hidrológico, con fluctuaciones muy marcadas del espejo de agua durante un ciclo anual, permite el desarrollo paulatino de la biodiversidad propia de este humedal, se recupera la vegetación acuática, vuelve a renacer la fauna ictícola (peces, anfibios, invertebrados, etc.) y comienzan a llegar distintos grupos de aves acuáticas que responden a la disponibilidad de los recursos alimenticios y de hábitat que el humedal comienza a brindar gracias a este nuevo ciclo hidrológico.
Durante esta campaña también se censaron otras aves acuáticas, que se van estableciendo: por ejemplo, los cisnes (coscoroba y de cuello negro) son aves herbívoras que consumen solo vegetación acuática, mayormente sumergida. Entonces al mismo ritmo que crecen estas plantas van apareciendo grupos de cisnes. En esta oportunidad se censaron 1.100 coscorobas y unos 80 cisnes de cuello negro. Se espera que la población se recupere a medida que aumente la densidad de plantas acuáticas en la laguna.
Lo mismo ocurre con las taguas (gallaretas) las tres especies que se encuentran en Llancanelo, también son herbívoras y responden a la misma situación. Lo mismo que algunos patos, que consumen semillas fibra y raíces de plantas acuáticas, complementando con insectos relacionados a esas plantas. En consecuencia, ya están apareciendo grupos de patos y gallaretas, se contabilizaron un total de 8000 individuos dispersos en sectores de alimentación desembocadura de rio y arroyos.
Finalmente, las aves de orilla (chorlos y playeros) muchas de las cuales son migratorios, que crían en el hemisferio norte, para venir al sur del continente en su reposo reproductivo. Llancanelo es una parada clave en sus rutas migratorias. Este humedal como otros similares, son estaciones de reabastecimiento y descanso indispensables para que puedan realizar sus migraciones anuales. El desarrollo de invertebrados que viven a orilla de la laguna, es la dieta principal de estas aves viajeras.