La demanda residencial tocó un pico en medio de las temperaturas más bajas en tres décadas. Problemas en Vaca Muerta en el sistema de transporte y el freno de la obra pública complicaron la situación. El Ejecutivo activó el comité de emergencia y recortó exportaciones.
Las bajas temperaturas del arranque de julio provocaron cortes en el suministro de gas en distintas regiones del país, como sucedió en 2024. Desde el lunes, se registraron interrupciones en las estaciones de GNC e industrias con contratos interrumpibles. A partir del miércoles, también hubo “desenganche” en contratos en firme.
Por la ola polar, la demanda prioritaria alcanzó un récord, de 100,3 millones de m3/día, un salto de 25% en apenas días. Ese consumo en máximos se combinó con falta de inyección desde Vaca Muerta, con problemas en el sistema de transporte y el freno de obra pública. El Gobierno activó un comité de emergencia y recortó exportaciones.
Sobre cómo sigue el abastecimiento previsto para las próximas jornadas, en una compañía expresaron: “Es un día a día, la normalización la va a acelerar el clima”. Los cortes en estaciones de servicio e industrias buscaron “priorizar la demanda prioritaria”, es decir, la de hogares, hospitales y escuelas.
Si bien es habitual que haya cortes en los contratos interrumpibles, lo que es muy poco habitual es que también tengan que recortarse en quienes pagan contratos en firme. Similar panorama se vivió en 2024, cuando hubo problemas en las importaciones de gas por barco para cubrir la demanda y el gasoducto a Vaca Muerta estaba con capacidad operativa reducida.
Sin duda, el frío fue la principal causa, que derivó en un consumo récord: “Estamos en el borde del récord histórico de consumo de gas, por lo que la situación de exigencia del sistema se vuelve más extrema, sobre todo cuando el frío se extiende por varios días”, señalan en el sector. Desde otra empresa agregaron: “Con todo el país bajo cero, no da abasto la oferta contra la demanda”.