La segunda reelección de Nicolás Maduro dejará graves consecuencias en Venezuela. Las secuelas no solo serán internas, sino también externas. El gobierno chavista quedó más aislado que nunca, en especial en la región, sumido por crecientes denuncias de fraude en las elecciones presidenciales.
Maduro está dispuesto a luchar contra todo y contra todos los que pongan en duda su anunciado triunfo, dentro o fuera del territorio venezolano. El lema es resistir, contraatacar y siempre doblar la apuesta, siguiendo el modelo cubano legado por Fidel Castro con una de sus icónicas frases de cabecera pronunciadas a principios de la Revolución: “Atrás, ni para tomar impulso”.
La primera medida dejó a Caracas sin vínculos diplomáticos formales con la Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay. En una medida inesperada, decidió el lunes retirar a todo su personal diplomático en ese grupo de países y al mismo tiempo ordenó a los representantes de esos gobiernos que abandonen Venezuela.
Lo hizo en rechazo a lo que denominó “injerencistas acciones y declaraciones” de sus presidentes, a los que tildó de “derecha, subordinados a Washington y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional”. La lista incluye a Gabriel Boric, el presidente de izquierda chileno que en sus épocas de estudiante profesó admiración por la llamada “Revolución Bolivariana” y por el propio Maduro.
Pero este conflicto regional aún no termina. Luiz Inacio Lula da Silva, aliado histórico del chavismo, aún no adoptó una decisión final sobre lo que pasó en los comicios. Solo se limitó a pedir una “verificación imparcial de los resultados”. La indefinición de Lula es ya de hecho una toma de posición. Brasil no se alineó con las felicitaciones de rigor que vinieron desde los países aliados de Maduro en la región, como Cuba, Nicaragua, Bolivia, Honduras y hasta el México del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.
Gustavo Petro, de Colombia y otro histórico aliado quedó mudo durante varias horas. Finalmente, reposteó un mensaje en X de su canciller, Luis Gilberto Murillo: “Tras mantener contactos permanentes con todos los actores políticos involucrados en los comicios presidenciales que tuvieron lugar en la República Bolivariana de Venezuela y luego de conocer los resultados preliminares comunicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), consideramos fundamental que se escuchen las voces de todos los sectores”, dijo el ministro.
“La comunidad internacional y el pueblo venezolano esperan que prevalezcan la transparencia y las garantías electorales para todos los sectores. Es importante despejar cualquier duda sobre los resultados. Esto implica que los observadores y veedores internacionales presenten sus conclusiones sobre el proceso. Hacemos un llamado para que, a la mayor brevedad, se proceda con el conteo total de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente. Los resultados electorales de tan importante jornada deben contar con toda la credibilidad y legitimidad posibles para bien de la región y sobre todo, del pueblo venezolano”, señaló el posteo oficial.