Esta temporada fueron avistados un nacimiento en Villavicencio y nidos en Tupungato. Los pichones viven con los padres hasta los 2 años y a los 6 meses pueden volar. Son monógamos y tienen una vida larga pero baja tasa de reproducción. Cómo podés protegerlos.
El cóndor andino es una especie fundamental para la biodiversidad de Mendoza, ya que es un animal carroñero y esencial para la limpieza de animales muertos y en descomposición. Es considerado vulnerable, por lo que el hallazgo registrado esta primavera en la Reserva Natural Villavicencio es una excelente noticia.
“Este feliz hallazgo fue registrado en una de las salidas de control de los guardaparques de la Reserva Natural Villavicencio y luego fue incorporado al Censo Simultáneo de Cóndor Andino (Vultur gryphus), en el marco del cual ya se había avistado otro nido de pichón de cóndor en el Parque Tupungato”, afirmaron desde la reserva. Este cóndor de Villavicencio tiene hoy cuatro meses de vida, por lo que sigue viviendo en su nido y al cuidado de sus padres.
Los trabajos de avistaje y de monitoreo se suman al Censo Simultáneo de Cóndor Andino que se desarrolla en la Red de Áreas Naturales Protegidas de Mendoza –enmarcado en el Programa de Conservación de Cóndor Andino (PCCA) de Fundación Bioandina Argentina– y a los trabajos de monitoreo por parte del plantel de guardaparques del Gobierno de Mendoza.
El director de Biodiversidad y Ecoparque, Ignacio Haudet, confirmó que esta temporada de verano personal de Fauna Silvestre junto a la Fundación SOS Acción Salvaje monitoreó al pichón de cóndor andino, nacido hace escasos meses en el Parque Provincial Tupungato. “De acuerdo a la observación realizada a distancia, a fin de no interferir de ninguna manera, se constató hace poco la presencia del animal y a sus padres durante el día, lo cual es un excelente indicador de su buena evolución. Y la reciente constatación de otro hallazgo en Villavicencio también es un fuerte aliciente para todos los equipos de trabajo interinstitucional que venimos efectuando”, explicó el funcionario.
De hecho, este 19 de febrero comenzó la 14ª Edición del Censo Simultáneo de Cóndor Andino en la red de áreas naturales protegidas de la provincia. El objetivo es monitorear y proteger a un animal que tiene características únicas
Los cóndores pueden llegar a vivir 75 años, son monógamos, es decir, tienen una sola pareja a lo largo de su vida. Comienzan a reproducirse a los 11 años y pueden procrear cada 2, ya que dedican todo su tiempo a cuidar entre ambos a un pichón que recién podrá independizarse pasada esa edad “adulta”.
Cabe destacar también que, en el marco del Día Mundial de la Vida Silvestre, celebrado el 3 de marzo, cuyo tema fue Conectar a las personas y al planeta: explorando la innovación digital en la conservación de la vida silvestre, se reconoce el impacto de las intervenciones digitales en los ecosistemas y las comunidades en un mundo cada vez más conectado. Los censos del cóndor andino han demostrado ser herramientas claves para la conservación de esta especie.
Cómo aborda Mendoza su protección
Estos hallazgos son de suma importancia, considerando la presión que está atravesando la población de esta especie en la región. La problemática se origina cuando algunos productores ganaderos utilizan cebos tóxicos – envenenando animales muertos o haciendo cebos de carne– para eliminar a otros predadores mayores, como pumas y zorros que atacan a sus animales de crianza.
Pero esta metodología se transforma en una amenaza para otras especies carroñeras, como el cóndor, que desciende a comer estos animales muertos que ya han sido envenenados. En 2018, la muerte de 34 ejemplares de cóndores andinos en Los Molles ,Malargüe, a causa de los cebos tóxicos fue una tragedia ambiental.
En la provincia de Mendoza, las áreas naturales protegidas operan como santuarios para la conservación de esta especie amenazada. Desde hace cuatro años, se viene implementando el censo, que es fruto de un trabajo interinstitucional coordinado y sostenido. Tanto el cóndor andino como toda la fauna silvestre de Mendoza se encuentran protegidos por la Ley Nacional de Fauna 22421, la Ley Provincial de adhesión 4602, su modificatoria la Ley 7308 y el Decreto Reglamentario 1890/05.
Para colaborar en su conservación, se debe respetar su hábitat, no utilizar sustancias tóxicas que luego puedan ser consumidas por los animales y estar atentos. Desde la Provincia, se insta a la población a brindar información sobre ejemplares de fauna silvestre heridos y de caza o tenencia ilegal.
Existe un portal de denuncias en el sitio del Ministerio de Energía y Ambiente y, si se trata de una emergencia, se puede llamar al 911 para que dé aviso a los organismos pertinentes.
La captura, tenencia ilegal y comercialización de fauna está penada por la legislación, como también la destrucción de sus hábitats, nidos, huevos y crías. El presunto infractor queda a disposición de la Justicia y podrá ser reprimido con penas hasta de prisión. Las multas por infracciones respecto a cóndores –según la gravedad del hecho– alcanzan valores máximos de $4.478.020 por ejemplar afectado.