Con un 10% más de visitantes que en 2024, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires despidió su edición número 49 con clima festivo. Los fines de semana, y especialmente el largo del 1° de mayo, Día del Trabajador, se vivieron jornadas multitudinarias, en las que los empleados de las grandes editoriales tuvieron que repartir números para organizar las largas filas de lectores que esperaban una firma de su autor favorito, ejemplar en mano.
Fueron justamente los grandes grupos multinacionales de la publicación los que tuvieron más motivos para brindar por el volumen de ventas. En Planeta reportaron un 25% más con respecto al año anterior. A caballo del estreno en Netflix, el cómic El Eternauta se puso a la cabeza de su lista de más vendidos, con más de 1500 ejemplares a una semana del cierre, un número notable. El último viernes, un panel integrado por el director de la serie, Bruno Stagnaro y Martín Oesterheld, nieto del autor y asesor de la serie, llenó la sala Victoria Ocampo.
Siguieron a El Eternauta, en la lista de más vendidos bajo ese sello, Recetas para vivir mejor, de López Rosetti, Alas de Sangre, de Rebecca Yarros, Por si un día volvemos, de la española María Dueñas, una de las invitadas estelares de la feria; La Felicidad, de Gabriel Rolón; La traición de mi lengua, de la cordobesa Camila Sosa Villada, que tuvo también una multitudinaria presentación; La casa Neville 3, de Florencia Bonelli; El país que quieren los dueños, de Alejandro Bercovich; y Conspiración en Londres, de Felipe Pigna.
En el otro gigante, Penguin Random House, se estimó también un 25% de incremento de ventas sobre 2024. “Estamos cerrando una lindísima feria, plural, colorida, repleta de encuentros entre editores, libreros, escritores, lectores y lectoras”, dijo su directora de marketing y comunicación, Valeria Fernández Naya.