Al última hora del jueves, SpaceX concretó el octavo vuelo de prueba de Starship, su monumental cohete con el que en el futuro prevé llegar a la Luna y a Marte. Igual que ocurrió en el anterior intento, los controladores en la Tierra perdieron el contacto con la sección superior de la nave, que luego explotó en el aire.
Starship de SpaceX vuelve a explotar en un vuelo de prueba
El megacohete de Elon Musk (que tiene más de 120 metros de altura) despegó desde el centro de operaciones de SpaceX en Boca Chica, Texas. El primer despliegue fue exitoso: el propulsor Super Heavy se desacopló de la nave y regresó a la base, donde fue recibido y atrapado por un sistema de pinzas, tal como vemos en el video a continuación.
Pero a los pocos minutos del lanzamiento, los controladores perdieron el contacto con Starship, que giró descontroladamente y finalmente explotó mientras avanzaba hacia el espacio.
Desde la compañía aeroespacial estadounidense describieron a esta falla como un “desmontaje rápido e imprevisto” durante el ascenso, en línea con el comentario oficial realizado a mediados de enero, cuando Starship también explotó en el aire durante su séptimo vuelo de prueba, en todos los casos sin tripulación a bordo.
Las previsiones más optimistas de sus desarrolladores contemplaban que el cohete realice una trayectoria suborbital de aproximadamente una hora, y que luego americe en forma controlada, en el océano Índico. También se esperaba que Starship despliegue cuatro satélites simulados que llevaba consigo, similares a los Starlink de SpaceX.
