Las cookies siempre estuvieron el centro del debate de la privacidad online: permiten rastrear lo que hacemos en la web, almacenar preferencias y alimentar la publicidad personalizada. Sin embargo, aunque borres el historial o navegues en modo incógnito, existe una técnica, difícil de evitar y mucho más sofisticada para seguir tus acciones en internet: el fingerprinting digital.
Este método consiste en identificar a un dispositivo sin necesidad de almacenar nada en él. En lugar de depender de cookies, recopila decenas de datos técnicos de tu navegador y tu computadora, como sistema operativo, idioma, zona horaria, resolución de pantalla, fuentes instaladas, plugins, hardware (CPU, GPU) e incluso el modo en que escribís o movés el cursor.
Al combinar todos esos elementos se genera una huella digital única, casi imposible de replicar. De hecho, la probabilidad de que dos usuarios tengan la misma configuración es mínima, por lo que este perfil funciona como un identificador que persiste incluso si borrás las cookies o usás navegación privada.