En un escenario abierto, los uruguayos decidirán este domingo el rumbo de su país para los próximos cinco años. Las elecciones presidenciales proponen dos caminos que a simple vista parecen opuestos, pero que tienen puntos en común: la continuidad de la coalición actual de gobierno representada por el mandatario saliente Luis Lacalle Pou o un viraje hacia la izquierda pragmática heredera del popular caudillo José Pepe Mujica.
Si bien son 11 los candidatos, solo dos acaparan la atención de los 2,7 millones de uruguayos habilitados para votar. Ellos son el favorito Yamandú Orsi, exalcalde de Canelones y postulante del izquierdista Frente Amplio, y Álvaro Delgado, delfín del actual mandatario y referente del Partido Nacional (centroderecha). El oficialismo gobierna hoy en coalición con el tradicional Partido Colorado (centroderecha), el Partido Independiente y Cabildo Abierto (derecha) del militar retirado, senador y también candidato Guido Manini Ríos.
“Todos los partidos compiten hacia el centro. Los programas son próximos. Las discusiones son por matices. La política uruguaya tiende a la moderación. Hay un 20% de la población en cada extremo y el resto está en el centro. Si querés ganar, te tenés que moderar”, dijo el analista Daniel Chasquetti, profesor titular del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de la República de Montevideo.
Qué dicen los sondeos
Los sondeos dan como favorito a Orsi, un profesor de historia y comerciante que viene de ser alcalde de Canelones por dos períodos consecutivos y que obtiene un 44% de intención de voto en promedio de distintas encuestas. De confirmarse esta tendencia, no le alcanzaría para ganar la presidencia y será necesario un balotaje previsto para el 24 de noviembre.
Para ser electo, se necesita el 50% más uno de los votos. Pero en Uruguay se hace mucho más difícil que en la Argentina llegar a ese número en primera vuelta, ya que se contabilizan los votos blancos y nulos.