En la jerga financiera hay una verdad irrefutable: los precios hablan. Eso queda claro en los valores a los que se negocian en la Bolsa los bonos del Tesoro que también tienen impacto en el costo de financiamiento que asume el Ministerio de Economía.
La licitación de esta semana fue una muestra de ello. La Secretaría de Finanzas ofreció un menú variado de títulos, que incluía letras capitalizables con tasa fija (Lecap), bonos atados a la inflación y títulos vinculados a la evolución del dólar oficial.
Alrededor de un 84% de los $4,2 billones que colocó el Tesoro fueron a las Lecap. Para Javier Casabal, estratega de Renta Fija de Adcap ese interés expresa confianza en que el Gobierno conseguirá seguir bajando la inflación, incluso en detrimento de la actividad económica.
El resto del financiamiento al Tesoro se repartió prácticamente en partes iguales entre los bonos que ajustan por inflación y los que siguen al tipo de cambio (dólar linked). Las tasas que pagó Finanzas fueron similares a las que se operan en la Bolsa y evidenciaron que el principal temor de los inversores hoy tiene que ver con la capacidad del Gobierno de evitar un salto brusco del dólar oficial.
“En este momento, el mercado tiene tasas bastante negativas en los instrumentos dólar linked, de hasta -10%, aunque llegaron a estar un poco más, que conviven con tasas muy positivas en los bonos ajustados por inflación”, indicó Juan Pedro Mazza, estratega de Renta Fija de Cohen.