El acuerdo sobre comercio e inversiones anunciado entre Estados Unidos y la Argentina selló a fuego el total e inflexible alineamiento del gobierno de Javier Milei con Donald Trump, pero al mismo tiempo abrió una serie de interrogantes sobre cómo impactará este entendimiento en el futuro del Mercosur y la relación con Brasil.
No por nada el acuerdo se conoció en la misma semana que desde la Cancillería se anunció que Milei se ausentará de la futura cumbre del bloque prevista en diciembre en Foz de Iguazú, donde Lula da Silva entregará a Paraguay la presidencia pro-tempore del bloque.
El estatuto del pacto regional impide a los países miembro suscribir acuerdos comerciales en forma individual. Milei, como lo hizo el anterior gobierno de Uruguay de Luis Lacalle Pou, busca hacer más elásticas estas disposiciones y abrir el pacto.
“La Argentina no puede negociar bilateralmente ni hacer acuerdos por su cuenta. Pero esto es un acuerdo marco que el gobierno puede presentar como exploratorio”, dijo el analista internacional Mauro Embe.
El Gobierno cuidó mucho las formas de este acuerdo. La Casa Blanca lo anunció a través de “una declaración conjunta sobre el marco para un acuerdo entre Estados Unidos y la Argentina sobre comercio e inversión recíprocos”. No se habló de un acuerdo comercial.



























