Más de 200 años después de su independencia, México tendrá desde este martes a su primera presidenta. En un país considerado uno de los más machistas de la región, la asunción de Claudia Sheinbaum representa un momento histórico.
De formación científica, la nueva mandataria jurará el cargo en reemplazo de Andrés Manuel López Obrador, que deja el poder con una popularidad del 68% tras seis años de gobierno, según un sondeo del diario local El Financiero.
Si bien representa una continuidad de la gestión de AMLO, como es llamado el presidente saliente por las siglas de su nombre, Sheinbaum buscará darle una impronta personal que rompa con el estilo personalista de su mentor y fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que controla no solo ambas cámaras del Parlamento, sino también 25 de los 32 estados (provincias) del país.
“El poder casi hegemónico que ostenta Morena, tanto a nivel legislativo como en el control político a nivel nacional, nos pone ante una situación muy próxima a la hegemonía política que vivió el país con los distintos regímenes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó en forma ininterrumpida durante 71 años” (entre 1929 y 2000), dijo a TN el analista político mexicano Arturo Rodríguez.
Sheinbaum tendrá ante sí varios desafíos urgentes. En primer lugar, la compleja situación económica con un déficit público récord y las siempre difíciles relaciones con su principal socio comercial y vecino, Estados Unidos, a casi un mes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre que dirimirán si Donald Trump o Kamala Harris se sentarán en el despacho Oval de la Casa Blanca.
La crisis migratoria que golpea los vínculos bilaterales es hoy el caballito de batalla de la campaña del candidato republicano, que promete una expulsión masiva de migrantes indocumentados. En los corrillos políticos de Morena sueñan con un triunfo de la actual vicepresidenta, a quien consideran afín a la nueva mandataria mexicana. No solo por una cuestión de género, con una agenda común en materia de derechos de la mujer, sino también por posiciones similares sobre el cambio climático.
Pero sin dudas el mayor reto será apaciguar la escalada de inseguridad que atraviesa el país, con una guerra por el poder en el Cartel de Sinaloa y una ola de violencia y crímenes que azota a prácticamente todo el territorio.