La 29° edición de la Conferencia de las Partes (COP) de Cambio Climático de la ONU, que comienza este lunes en Azerbaiyán, no sólo buscará definir cuestiones centrales para la conservación del ambiente a nivel global, sino que intentará dejar un terreno allanado para la edición del año que viene, que se desarrollará en Brasil y sobre la que hay reales expectativas.
A diferencia de ediciones anteriores, el gobierno nacional enviará solo personal técnico a la COP de Cambio Climático. En el gabinete indicaron a TN que se capacitarán para elaborar los informes sobre transparencia y sobre las contribuciones determinadas a nivel nacional respecto a emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Además, señalaron que no viajarán funcionarios.
La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos es parte del combo de incertidumbres en torno a las negociaciones por financiamiento climático. Al tratarse de una de las principales potencias y emisoras de GEI, los interrogantes recaen en si continuará cooperando en diversos programas de los que ya es parte.
Algunos especialistas marcan que si bien la agenda de Trump se alinea con la negación del cambio climático (fenómeno que tiene consenso científico internacional), Estados Unidos no puede perder de vista que se ha beneficiado de diversas herramientas derivadas de los acuerdos climáticos precedentes a la COP29.
“Hay un fuerte impulso económico detrás de la transición mundial, que Estados Unidos ha liderado y del que se ha beneficiado, pero que ahora corre el riesgo de perder”, expresó la directora General de la Fundación Europea del Clima, Laurence Tubiana.
Nueva meta de financiamiento
A pesar de que casi todas las miradas están puestas en la edición del año que viene, la COP29 debe finalizar con una nueva meta de financiamiento.
El monto actual, de 100 mil millones de dólares anuales acordado en 2009 en la COP15 de Copenhague, que los países desarrollados deben aportar a las naciones más vulnerables, quedó insuficiente respecto a los esfuerzos necesarios para intentar revertir las consecuencias del cambio climático.
En Azerbaiyán, el acuerdo tratará de multiplicar ese monto. La necesidad es real y es urgente: según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) hay una pérdida de impulso en cuanto a la adaptación al cambio climático que se debe, fundamentalmente, a financiación insuficiente.
El programa de la ONU estima que el monto anual que precisan actualmente los países en desarrollo para llevar a cabo políticas de adaptación al cambio climático oscila entre los 215 mil y los 387 mil millones de dólares.
En el plano regional, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que solo Latinoamérica puede perder hasta 100 mil millones de dólares anuales entre 2010 y 2050 por las consecuencias derivadas del cambio climático.
En todo este contexto, además, se hará un primer sondeo del alcance que tuvo el fondo para pérdidas y daños que se aprobó en la COP28 de Dubái (fue creado en la COP27 de Sharm El Sheikh), que apunta a contribuir con los países vulnerables que sufran eventos climáticos extremos para reparar daños ocasionados.
Mercados de carbono
Otro gran frente en Bakú, la capital de Azerbaiyán que recibirá a la COP29, será el intento de la ONU por regular definitivamente los mercados de carbono.
Los mismos se establecieron en el artículo 6 del Acuerdo de París y promueven el desarrollo de estos mercados y de créditos de carbono. Nacieron para ser adquiridos por Estados que busquen mitigar sus emisiones de GEI y que, en caso de lograrlo, puedan venderlos a otros países que necesiten de estos créditos para lograr el mismo objetivo.
Dentro de este artículo hay un apartado relevante que autoriza la generación de créditos de carbono para apoyar estrategias y actividades contra el cambio climático. Estos instrumentos fueron pensados para individuos y empresas que busquen compensar sus propias emisiones.
Si bien nacieron como una iniciativa interesante, no tienen un marco regulatorio claro desde entonces y la premisa en esta edición de la COP es poder encuadrarlos correctamente para que estados, empresas e individuos puedan valerse de estas herramientas que fueron creadas para desalentar las emisiones de GEI.
Concretar este avance en Azerbaiyán será clave para aprovechar al máximo la COP30 y centrarla exclusivamente en la aprobación de las nuevas metas de financiamiento que comiencen a diagramar en la edición que ya arrancó y que se extenderá hasta el 22 de noviembre.